Si bien es cierto que muchos indicadores pronostican que lo peor ya ha pasado, la realidad económica de nuestro país indica que las previsiones de crecimiento para este año 2012 todavía están por debajo del 1% del PIB
Hasta el día de hoy la gran mayoría de Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) únicamente se preocupaban de presentar las cuentas anuales del ejercicio económico que correspondía, con tal de cumplir con la obligación formal de inscribir las cuentas en el Registro Mercantil. Este formalismo obligaba a las empresas a cerrar unas cuentas anuales (Balance de situación, Cuenta de Pérdidas y Ganancias y Memoria), con un resultado que muchas veces no era el deseado (o el esperado) por la dirección de la empresa ya que, aparentemente, no se había realizado ningun seguimiento durante el ejercicio económico. En consecuencia, estas empresas se encontraban ante una absoluta incapacidad de reacción, pues al cierre del ejercicio ya no había posibilidad alguna de poder aplicar políticas y medidas económicas o financieras de corrección que pudieran afectar a las cuentas del cierre del ejercicio.
Los Estados Financieros Intermedios
En materia económica y contable, muchos empresarios desconocen el término Estados Financieros Intermedios, que podríamos definir como aquellos estados contables (Balance de Situación y Cuenta de Pérdidas y Ganancias) que una empresa presenta a una determinada fecha y de forma periódica, durante el ejercicio económico de la misma, con independencia de las cuentas anuales que al cierre del ejercicio la compañía finalmente presentará en el registro público oficial.El objeto de los Estados Financieros Intermedios es obtener la información contable de una forma real y fiable para efectuar un análisis riguroso y conciso sobre la evolución durante el ejercicio económico de la situación económica, financiera y patrimonial de la empresa, que permitan a los gerentes o a la dirección de la misma, decidir, determinar y aplicar las políticas y medidas más oportunas y adecuadas en cada momento. Por lo general, el periodo óptimo para presentar unos Estados Financieros Intermedios seria de forma mensual, aunque también puede realizarse trimestralmente. En definitiva, no hay obligación mercantil, simplemente estamos hablando de una recomendación para ser más competitivos y evitar sorpresas.
Habitual en las grandes empresas
Esta recomendación que ahora los economistas y auditores intentan inculcar a las empresas pequeñas de presentar Estados Financieros Intermedios, sí que ha estado muy presente en la gran mayoría de las grandes empresas. En particular, en aquellas empresas que estaban sujetas a la realización de informe de auditoria sobre las cuentas anuales, en las grandes multinacionales, y en aquellas dónde el socio o accionista principal deseaba un mayor control por encontrarse desplazado en otro territorio. En este tipo de empresas, claramente influenciadas por la cultura del estricto control de la gestión de los países anglosajones (Balanced Score Card) y de la escuela francesa (Tableau de Bord), los Estados Financieros Intermedios han jugado un papel determinante en la medida en que han permitido tomar las decisiones y las medidas más adecuadas en base a unos estados contables intermedios fiables, comparados con unos
presupuestos y unas determinadas estrategias. Es decir, la presentación mensual de los Estados Financieros Intermedios permitia explicar las desviaciones y el grado de cumplimiento de los presupuestos, así como la evolución de las estrategias marcadas por la dirección de la empresa al inicio del ejercicio económico.
Una medida anticrisis
Esta herramienta de información contable a la que estamos haciendo referencia no ha sido tan valorada ni utilizada por las pequeñas y medianas empresas de este país, sin embargo, la dramática situación económica y financiera que viene atravesando la economía española durante los cuatro largos y últimos años (2008-2011), está haciendo cambiar la mentalidad de muchos directivos y gerentes de pequeñas y medianas empresas. La realidad económica de España ha
obligado a muchos empresarios a tomar múltiples medidas y a realizar un cambio de mentalidad para seguir al frente del negocio, muchas veces de tipo familiar. Presentar unos Estados Financieros Intermedios fiables al final de cada mes, cada dos meses, o cada trimestre, significa que la gerencia o la dirección de una pequeña y mediana empresa dispondrá de un documento útil y eficiente, con información económica, financiera y contable que permitirá a los directivos de la compañía tener la capacidad de llevar un mejor control de los costes y los gastos más significativos, valorar la evolución y el comportamiento de los consumos y de los márgenes brutos y netos, realizar previsiones de tesorería a corto y largo plazo, valorar si existen necesidades de inversión en activos no corrientes, de financiación, o de refinanciación de la deuda a corto y largo plazo, determinar la evolución del periodo medio de cobro y de pago, analizar en qué momento del ejercicio se alcanzará el punto muerto (nivel de ventas a partir del cual la empresa empezará a obtener beneficios), anticiparse a la competencia y a las evoluciones del mercado dónde tiene presencia la actividad de la empresa.
Requisitos principales
Obtener este tipo de información, no es tarea fácil pues se requiere la suma de tres factores igual de importantes. En primer lugar, que los empleados que figuran en el área administrativa o financiera de la organización sean rigurosos y metódicos en el proceso de gestión y contabilización de la documentación generada por la actividad de la empresa, en base al vigente marco normativo de información contable y financiera. En segundo, determinar al cierre de cada periodo si procede registrar cualquier tipo de amortización, dotación, deterioro o regularización de las partidas del balance o de la cuenta de pérdidas y ganancias. Y por último, la utilización de un aplicativo informático que sea lo suficientemente ágil y eficiente, capaz de generar y presentar a una determinada fecha, unos estados financieros intermedios fiables que permitan a la dirección de la compañía tomar las decisiones y medidas más oportunas y adecuadas en cada momento. El papel de los economistas y expertos en la materia, consiste en asesorar, facilitar e implementar este proceso de información contable y financiera para todas aquellas empresas que así lo
requieren o deseen.
Manual rápido para entender la crisis
Esta crisis se sustenta principalmente en dos factores. En primer lugar, por la fuerte inestabilidad de los mercados financieros, cuyos analistas valoran la deuda española con una elevada prima de riesgo, y por la falta de financiación que las entidades financieras deberían facilitar a las Pymes para paliar sus dificultades de liquidez. Como consecuencia, esto ha significado que el Estado debe destinar más dinero para pagar la deuda, en vez de dedicarlo a otras políticas de reactivación de la economía. Y en segundo lugar, por la elevada especulación que ha habido en España sobre el sector inmobiliario y de la construcción. Este hecho, junto con la crisis financiera, ha propiciado que estallara la burbuja inmobiliaria, lo que ha supuesto que se aniquilara la actividad económica
vinculada a este sector, generando así, más paro, más morosidad, más empresas en quiebra, reducción del consumo de las familias, etc. La unión de estos dos factores (crisis financiera + crisis sector inmobiliario y construcción), ha dado lugar a una severa recesión de la economía española, que ha obligado a muchas Pymes de este país a hacer auténticos juegos de malabarismo para capear el temporal y seguir adelante sin necesidad de cerrar el negocio o de vender la empresa.